Por lo general, las personas atractivas se perciben de forma más positiva que las que no lo son, y reciben más atención del sexo o puesto, mas cariño por parte de sus madres, más benevolencia de los jueces y lo jurados, y más votos de los electores que las personas con poco atractivo físico.
Desde un punto de vista biológico, las personas resultan atractivas cuando transmiten salud y fertilidad. Unas buenas medidas biológicas para calcular el grado de salud y fertilidad son los rasgos faciales medios y simétricos, y una proporción cintura-cadera que se encuentre dentro de la franja ideal (0,70 en las mujeres y ',90 en los hombres). La ausencia de estas características se considera indicativo de malnutrición, enfermedad o malos genes, atributos no deseables en un compañero potencial. Los factores biológicos que provocan la atracción son innatos y existen en todas las culturas. Por ejemplo, en los estudios en los que se presentan imágenes de personas atractivas y no atractivas a bebes (de dos meses y de seis meses de edad), estos observan durante mas tiempo a las personas agraciadas, con independencia de su genero, edad o raza.
Desde un punto de vista ambiental, los hombres se sienten atraídos por las mujeres que exageran los atributos sexuales socialmente aceptados (por ejemplo, el carmín utilizado para realzar los labios), mientras que las mujeres se decantan por los hombres que dan la impresión de poseer riqueza y poder (por ejemplo, automóviles caros). En los estudios en los que se presentan imágenes de personas atractivas y poco atractivas a hombres y mujeres, junto con descripciones de sus empleos, las mujeres demuestran el mismo interés por los hombres poco atractivos con salarios elevados que por hombres atractivos con salarios medios. En esos mismos estudios, en cambio, los hombres nunca muestran preferencia por mujeres poco agraciadas, sea cual sea su nivel económico. Los factores ambientales de atracción varían considerablemente entre las diversas culturas.
El primer debate presidencial entre Richard Nixon y Rober Kennedy (1960) constituye un clásico ejemplo de las connotaciones del atractivo. Nixon estaba enfermo y con fiebre. Llevaba ropas de colores claros y apareció sin maquillar, lo que empalidecía todavía mas su tono de piel (ya de por sí clara) y realzaba su barba incipiente. Kennedy apareció con colores oscuros, maquillado, y después de haber practicado su discurso en un estudio antes del debate. Las personas que escucharon a este último por la radio consideraron que Nixon seria el vencedor. En cambio, los que lo vieron por televisión llegaron a una conclusión totalmente distinta.
Texto sacado del libro: Principios universales del diseño.
Gracias por leer mi blog. Un saludo a todos.