Me encuentro en un avión (cosa normal este año) recapitulando sobre las ultimas reflexiones que escribí aquí en el blog. Ahora bien, me surgen varias preguntas de las que una se hace notar con más fuerza sobre las demás. ¿Qué lleva a la gente a realizar su sueños? A dejarlo todo y dedicarse solo a lo que les llena y con lo que disfrutan.
Después de esto, recordé frases paternas como las típicas. “tienes que sacarte una carrera”, “conseguir un trabajo estable”. Expresiones que a mi parecer son artificiales, y se escriben en los genes de los progenitores justo cuando empieza a crecer “la semillita” dentro de mama. Entonces, si en la mayoría de los casos la motivación no viene por parte de los padres, que hace que alguien que no posee una habilidad innata, llegue a triunfar en algo como el cine, la fotografía, la moda, la publicidad o los negocios.
Valor, valor y determinación es lo que lleva a esa gente normal a desarrollar su sueño. El pensar que por lo menos hay que intentarlo, quitar del vocabulario el “y si hubiera hecho…”, desterrarlo y meter en su lugar “voy a hacerlo…”. Da igual que al final salga mal, porque si has puesto tu corazón, tu ilusión y has dado todo, absolutamente todo lo que tenias, siempre podrás estar orgulloso de ti mismo. Creo que no hay que tener miedo al fracaso, porque el verdadero fracaso es el creerse derrotado antes de intentarlo o quedarte con las ganas de saber que hubiera pasado.
Da igual que termines en un minúsculo cubículo si miras hacia atrás y viste que por un tiempo viviste tu propio sueño. Porque digo yo, ¿Qué tiene de seguro un trabajo en una empresa? ¿Es que no existen los despidos, las quiebras, los accidentes o las catástrofes? Nada y repito, nada, es seguro en esta vida salvo la muerte.
Por otro lado, he de decir que admiro profundamente a gente como Amancio Ortega que convirtieron su idea en un impero. Son gente que se dio cuenta de que tenían que intentarlo y con esfuerzo y suerte les ha ido bien. Además, se diferencia a simple vista cuando alguien pone toda su pasión en lo que se dedica o simplemente acabo ahí por no haberlo intentado.
Así escribiendo o leyéndolo tiene todo muy buena pinta, pero a la hora de la verdad con valor y determinación solo no basta. También hace falta sacrificio, cosa que en la sociedad occidental nos cuesta muchísimo hacer. Y aquí llega el dilema ¿Vale la pena dedicar tu vida a realizar tus sueños? No tengo la respuesta a esto porque es un rompecabezas que ronda dentro de mí de vez en cuando. Así pues no me queda más que intentarlo y contaros como se desarrollan los acontecimientos.
Después de esto, recordé frases paternas como las típicas. “tienes que sacarte una carrera”, “conseguir un trabajo estable”. Expresiones que a mi parecer son artificiales, y se escriben en los genes de los progenitores justo cuando empieza a crecer “la semillita” dentro de mama. Entonces, si en la mayoría de los casos la motivación no viene por parte de los padres, que hace que alguien que no posee una habilidad innata, llegue a triunfar en algo como el cine, la fotografía, la moda, la publicidad o los negocios.
Valor, valor y determinación es lo que lleva a esa gente normal a desarrollar su sueño. El pensar que por lo menos hay que intentarlo, quitar del vocabulario el “y si hubiera hecho…”, desterrarlo y meter en su lugar “voy a hacerlo…”. Da igual que al final salga mal, porque si has puesto tu corazón, tu ilusión y has dado todo, absolutamente todo lo que tenias, siempre podrás estar orgulloso de ti mismo. Creo que no hay que tener miedo al fracaso, porque el verdadero fracaso es el creerse derrotado antes de intentarlo o quedarte con las ganas de saber que hubiera pasado.
Da igual que termines en un minúsculo cubículo si miras hacia atrás y viste que por un tiempo viviste tu propio sueño. Porque digo yo, ¿Qué tiene de seguro un trabajo en una empresa? ¿Es que no existen los despidos, las quiebras, los accidentes o las catástrofes? Nada y repito, nada, es seguro en esta vida salvo la muerte.
Por otro lado, he de decir que admiro profundamente a gente como Amancio Ortega que convirtieron su idea en un impero. Son gente que se dio cuenta de que tenían que intentarlo y con esfuerzo y suerte les ha ido bien. Además, se diferencia a simple vista cuando alguien pone toda su pasión en lo que se dedica o simplemente acabo ahí por no haberlo intentado.
Así escribiendo o leyéndolo tiene todo muy buena pinta, pero a la hora de la verdad con valor y determinación solo no basta. También hace falta sacrificio, cosa que en la sociedad occidental nos cuesta muchísimo hacer. Y aquí llega el dilema ¿Vale la pena dedicar tu vida a realizar tus sueños? No tengo la respuesta a esto porque es un rompecabezas que ronda dentro de mí de vez en cuando. Así pues no me queda más que intentarlo y contaros como se desarrollan los acontecimientos.
Un gran saludo a todos los que leen mis pensamientos en voz alta.
Amancio Ortega: Dueño y fundador de inditex, con empresas como Zara, Pull&Bear, Berskha y demás ya conocidas por todos.